La reducción de visibilidad que provoca un deslumbramiento por el sol es uno de los grandes peligros de la conducción.
En esta época, el hielo y la nieve son los peligros más importantes a tener en cuenta cuando salimos de viaje. Aunque hay uno que está presente todo el año y que en la mayoría de ocasiones no tenemos en cuenta. La reducción de visibilidad que provoca un deslumbramiento por el sol es igualmente uno de los grandes peligros de la conducción, un factor desencadenante de accidentes que vamos a intentar minimizar en estas líneas, ¿Qué hacer cuando el sol nos deslumbra conduciendo?
Un problema infravalorado
Hay épocas en las que tendremos que enfrentar este problema en más ocasiones y otras en las que menos. Cuando cambia la hora y los días se hacen más largo el sol ataca a más conductores por la mañana a primera hora o al final de la tarde con el atardecer. Aun así, el sol supone siempre un peligro real que muchas veces infravaloramos, cayendo un error grave que puede costarnos la vida.
Además del problema del deslumbramiento el sol produce fatiga visual que tendrá también un efecto importante en la conducción. Cuando la vista se expone a un exceso de luminosidad se fatiga más rápidamente, lo que conlleva una reducción de la concentración y del trabajo efectivo de este sentido. Según los estudios, un 5% de los accidentes con víctimas son registrados en salida o puesta de sol, destacando que una quinta parte de todos ellos se producen por choques frontales en vías de doble sentido.
¿Qué podemos hacer cuando el sol nos deslumbra conduciendo?
Aunque muchos de los consejos que vas a leer a continuación son obvios, no siempre son respetados, lo que pone en peligro nuestra seguridad y la del resto de conductores. Para empezar, es fundamental tener la luna del coche siempre limpia, un consejo que se extiende a todas las situaciones pero que cuando nos enfrentamos a un deslumbramiento puede salvarnos de una situación de peligro.
Cuando nos vemos superados por la fuerza del sol y se reduce de manera notable nuestra visibilidad, inmediatamente reduciremos la velocidad. Si el sol nos obliga a bajar la velocidad tanto que pueda suponer un peligro para los vehículos que nos siguen, señalizaremos esta situación con las luces de emergencia. En la dura pelea de nuestra vista con el sol el parasol del coche nos ayudará a salir victoriosos además de unas gafas de sol, uno de los grandes aliados frente a los deslumbramientos.
Situaciones de peligro
Hay escenarios en los que debemos de extremar las precauciones por peligro de deslumbramiento real. Entre todos ellos, destaca la salida de los túneles, pues enfrentar al sol de cara de manera súbita puede ponerte en serio peligro. Debemos de respetar la velocidad limitada del túnel hasta que sea necesario, adaptándonos poco a poco al cambio de luz.
El sol de cara nos deslumbrará, pero el sol de espaldas también puede ponernos en serios aprietos. A través de los espejos retrovisores podemos sufrir un deslumbramiento y perder la visión durante algunos segundos. No olvidemos también extremar las precauciones en ese caso, encendiendo las luces cortas para ser visto con facilidad por los conductores que viajan en sentido contrario.
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