Debe lavarse el radiador, el bloque del motor y el intercambiador de calor.
Para tener en buen estado los sistemas de refrigeración, es preciso efectuar un lavado a fondo de forma regular. La suciedad que accede al sistema de refrigeración reduce a la larga el rendimiento y puede producir el fallo prematuro del retén frontal de la bombas de agua. El lavado del circuito de refrigeración debe hacerse a más tardar al cambiar la bomba de agua, para así eliminar las partículas originadas por corrosión o por sedimentación.
1. Preparación. Antes de empezar el trabajo, el motor debe estar completamente frío. A continuación se purga el líquido de refrigeración y se limpia el tanque de expansión. En caso de que el tanque de expansión esté muy sucio, se recomienda reemplazarlo por uno nuevo. Por razones medioambientales es importante desechar el líquido de refrigeración purgado de forma correcta.
2. Lavado de radiador. Para ello, lo primero es quitar la manguera superior e inferior del radiador. La manguera inferior se lavará a fondo, desde abajo hacia arriba durante 2 minutos, manteniendo cerrada la tapa del radiador. Los golpes de aire pulsantes refuerzan la eficacia. Para terminar, se debe lavar la manguera de refrigeración superior de arriba hacia abajo, hasta que el agua expulsada salga clara y se hayan eliminados los sedimentos.
3. Lavado del bloque del motor. A continuación se quitan las mangueras del radiador. Se lavará con fuerza la manguera de radiador superior hasta que el agua expulsada salga clara y se hayan eliminado todos los sedimentos. También en este paso los golpes de aire pulsantes incrementan la eficacia del proceso de lavado. Si el termostato bloqueara el lavado correcto, quitarlo para permitir el lavado correcto.
4. Lavado del intercambiador de calor. Si es posible, lavar también el circuito del intercambiador de calor hasta que el agua salga clara. En general, con el lavado del radiador, del bloque del motor y del intercambiador de calor, se eliminan los sedimentos del sistema de refrigeración procedentes de la corrosión, cal y restos de masilla de silicona, que pueden acumularse a lo largo de los años y afectar negativamente el buen funcionamiento del sistema.
5. Rellenar el sistema. Finalmente, colocar de nuevo todas las mangueras, la válvula de purga y el termostato. Hay que comprobar si se han hecho todas las conexiones necesarias. Después puede rellenarse de nuevo el sistema de refrigeración con el refrigerante prescrito por el fabricante. La proporción de mezcla, debe verificarse con un refractómetro. Después, purgarcorrectamente el aire del sistema. Un control final nos asegurará que no existen pérdidas.