Ya sabemos que en verano, si la temperatura exterior es de más de 30 grados, el interior será el equivalente a la temperatura ambiente de la Montaña de Fuego de Mordor (o 10 grados por encima). Por eso, lo primero que has de tener en cuenta es proteger a los niños y a las mascotas, y después no confiar en que lo que hayas dejado dentro no vaya a volverse en tu contra.
a sabemos que en verano, si la temperatura exterior es de más de 30 grados, el interior será el equivalente a la temperatura ambiente de la Montaña de Fuego de Mordor (o 10 grados por encima). Por eso, lo primero que has de tener en cuenta es proteger a los niños y a las mascotas, y después no confiar en que lo que hayas dejado dentro no vaya a volverse en tu contra.
A los mecheros, refrescos y componentes electrónicos se unen los botes de laca para pelo. Karmen Ayres, de Vancouver, dejó uno de estos artefactos un día caluroso en el asiento trasero, y cuando volvió, el bote había atravesado la luna delantera. Y un poco más y sale al exterior.
El calor que soportó la lata de aerosol provocó que se desplazara desde los asientos traseros hasta el parabrisas, con la suficiente fuerza para atravesarlo (y destrozarlo).
La mayoría de aerosoles cuentan con advertencias de temperatura, recordando al consumidor que no deben ser almacenados a altas temperaturas, más teniendo en cuenta el efecto invernadero que tiene lugar en un vehículo cerrado en cuanto recibe unos rayos de sol.
Por suerte, el cristal detuvo el bote y no fue más lejos, ni había nadie en su interior cuando ocurrió. Esta historia nos sirve de recordatorio para no dejar mecheros (la explosión puede provocar un incendio), cremas solares, medicamentos, móviles, cámaras, GPS, gafas ni alimentos si no queremos que se vuelvan en nuestra contra. A no ser que seas un cazador de mitos.